“La
conciencia es el mejor libro de moral, el cual debemos consultar a menudo”.
Descartes
Hace
mucho tiempo hubo un momento en nuestra historia en que sólo tomábamos lo
necesario para sobrevivir al igual que lo hacen nuestros hermanos, los demás
animales; en ése entonces estábamos más cerca de ellos y los respetábamos
más, por lo que podíamos vivir en armonía con nuestro entorno, como cualquier
otro ser viviente. Todavía en el siglo antepasado había gente así en el norte
de América, y como digno recuerdo de aquellas personas cito este extracto de la
carta escrita por el Jefe Piel Roja
de Washington, en la cual responde a la petición de los “norte americanos”
(sajones) para comprarle sus tierras; el texto dice:
“Si
les vendiéramos las tierras ustedes deberán tratar a los animales como
hermanos. Yo he visto a miles de búfalos en descomposición en los campos. Los
caras pálidas matan búfalos con trenes y ahí los dejan tirados, no los matan
para comerlos. No entiendo como estos caras pálidas le conceden más valor a
una máquina humeante que a un búfalo. Si todos los animales fueran
exterminados el hombre también perecería entre una enorme soledad espiritual.
El destino de los animales es el mismo que el de los hombres, todo se armoniza.
Ustedes deben enseñarle a sus hijos que el suelo que pisan contiene las cenizas
de nuestros ancestros, que la tierra se enriquece con la vida de nuestros
semejantes. La tierra debe ser respetada. Enseñen a sus hijos lo que los
nuestros ya saben: que la tierra es nuestra madre, lo que la tierra padezca
será padecido por sus hijos. Cuando los hombres escupen al suelo, se escupen
ellos mismos. Nosotros estamos seguros de esto: La tierra no es del hombre, el
hombre es de la tierra, nosotros lo sabemos, todo se armoniza como la sangre que
emparienta a los hombres. Todo se armoniza. El hombre no teje el destino de la
vida, el hombre es sólo una hebra en ese tejido, lo que haga en ese tejido, se
lo hace a sí mismo. El cara pálida no escapa a ese destino aunque hable con su
Dios como si fuese su amigo.
Tal
vez los caras pálidas se extingan antes que otras tribus. Está bien, sigan
infectando sus lechos y cualquier día despertaran ahogándose entre sus propios
desperdicios. Ustedes avanzaran llenos de gloria hacia su propia destrucción
alentados por la fuerza del Dios que trajo a estos lugares y que les ha dado
cierta potestad, quien sabe porque designio.
Para
nosotros es un misterio que ustedes estén aquí, pues aún no entendemos por
qué exterminan a los búfalos, ni por qué doman a los caballos quienes por
naturaleza son salvajes, ni por qué hieren los recónditos lugares de los
bosques con tantos cables parlantes.
¿Qué
ha sucedido con las plantas? Están destruidas, ¿qué ha sucedido con el
águila? ha desaparecido. De hoy en adelante la vida ha terminado, ahora empieza
la sobre vivencia".
Podemos
ver en sus palabras la angustia que sentía al conocer los valores occidentales
y de forma por demás profética describe lo que sucedería muchos años
después. Ahora no sólo los búfalos se han ido de esas tierras sino también
ellos mismos.
El
tiempo pasa y estamos haciendo muy poco para evitar la destrucción de nuestro
planeta, simplemente seguimos consumiendo recursos y nos seguimos reproduciendo
cada vez más rápido; pero para cuando nos demos cuenta tal vez ya no haya
mucho por hacer, por que para ese entonces al vez el tigre ya no correrá nunca
más por nuestras praderas, ni el elefante se revolcara en los charcos con lodo
de su madre tierra, ni el chimpancé se balanceará en las copas de los
árboles, ni el águila se elevará majestuosa en “nuestro”
cielo. Para ese entonces la tierra ya no será azul, sino gris toda
cubierta de asfalto, llena de enormes casitas una al lado de otra, con familias
de una sola especie, cuyos hijos tendrán la ilusión y “derecho” a demandar
la suya propia cuando llegue el momento, tal vez arriba de esa misma por que el
espacio horizontal se habrá acabado. En ese mundo hasta los “bien
intencionados” padecerán y es probable que el Apocalipsis que tanto predican
se volverá una realidad pero no por causas externas a la tierra sino por
nosotros mismos. Este mundo oscuro puede parecer ficción, pero basta ver
cuantos prados, bosques, ríos y lagos han desparecido. Basta ver a musulmanes y
judíos peleando todos los días como lo han hecho durante más de dos mil años
por un pedazo de terreno, basta ver los cambios climáticos de los últimos
tiempos, basta conocer los índices de extinción de las especies y basta
conocer la proyección del índice de reproducción de los humanos, ¡no! , no
es ficción estamos muy cerca de hacerlo realidad.
Si
analizáramos las reglas del proceso de evolución de las especies, notaríamos
que una característica principal de ella es la continuidad del más fuerte, y
fuerte me refiero en términos de adaptación con su entorno. En la lucha por
sobrevivir toda especie, al menos las que habitan la tierra, han tenido que ser
egoístas y buscar a toda costa el dominio de su entorno para favorecer su
desarrollo. Podríamos decir que la evolución de las especies ha estado basada
en un enorme egoísmo que les ha permitido sobrevivir, es por eso que no es raro
que una especie que tome el control de todo un planeta tenga como
característica principal el egoísmo. Todas las especies son egoístas y pueden
sobrevivir durante un tiempo en un perfecto equilibrio, pero tarde o temprano la
perfecta adaptación de alguna de ellas le hará predominar sobre las
demás, controlando por completo su entorno, adaptándolo a sus necesidades y
requisitos, expandiéndose a costa de la extinción de las demás. En ese
momento el equilibrio se romperá por que su medio ambiente ya no será el mismo
al que se adapto debido a que su desmedido crecimiento lo ha cambiado, por lo
que esa especie ahora estará en problemas ya que no podrá sobrevivir sin un
medio ambiente propicio, y por tanto acabará por autodestruirse, ¿Será ése
el destino de todas las especies?.
¿Qué
pasaría por ejemplo, si un virus hubiera sido la especie seleccionada para
tener el mejor éxito entre todas y controlar el planeta?. Poco a poco iría
invadiendo a todos los seres vivientes, haciendo lo que sabe hacer,
transformando sus sistemas internos, rompiendo su equilibrio para beneficio
propio, matándolos uno a uno, empujado por su egoísmo primitivo, brincando de
uno a otro hasta que invadiera a todos los seres vivos del planeta y matando a
todos los animales hasta que no quedara uno solo y por tanto no tendría donde
vivir, después de lo cual también moriría. Difícilmente el virus “entendería”
que su éxito se ha vuelto en contra suya y que el egoísmo que lo llevó a
dominar el mundo ahora lo está matando. En un mundo así todas las especies
estarían tarde o temprano destinadas a ser destruidas por la especie dominante
y esta última moriría al terminar su labor, por que sin saberlo este camino la
llevaría a la autodestrucción. Tal vez sea por ello que hasta el momento los
programas, llevados a cabo por la NASA[1]
y el SETI[2],
para buscar vida extra terrestre en otros mundos, no hayan tenido resultados
positivos a la fecha a pesar de haber tanto espacio en el universo en donde la
vida sería posible, pues es muy probable que la mayoría de la vida en el
universo esté destinada a la autodestrucción debido a este instinto primitivo
y básico de sobre vivencia.
Pero
nosotros no somos virus, ni serpientes, ni leones, ni tiburones somos humanos,
“homo sapiens”[3],
por que tenemos inteligencia y conciencia, que nos permite darnos cuenta hacía
adonde nos conduce nuestro egoísmo. Tal vez nosotros seamos la primera
oportunidad real que tiene la vida en este universo de superar esta difícil
prueba por que hemos desarrollado la conciencia, que hace posible que nos
quitemos el enorme egoísmo que llevamos dentro para ver por el bienestar de los
demás y de nosotros mismos, que nos permite entender que la única manera real
de que el individuo trascienda, es a través de su influencia positiva en los
demás, por que gracias a ella hemos podido desarrollar conceptos tan
elaborados como el respeto y la comprensión de lo que nos rodea o como la
capacidad de sacrificarnos por los demás.
Por que después de miles de años de evolución han surgido dentro de esta tierra hombres como Gandhi, como Buda, como Einstein que han engrandecido nuestra especie y que nos dan una esperanza para continuar, por ello es que tal vez dentro de los miles de millones de millones de kilómetros de espacio, y dentro de los miles de millones de millones de planetas que se encuentran dentro de él, la tierra sea el único planeta cuya vida tenga posibilidades claras de sobrevivir y poder trascender más allá de ella misma y poder así cumplir con su destino, que es buscar, explorar y conocer los misterios que se encuentran más allá del vacío infinito del espacio, escondidos entre las estrellas, misterios que nos indicaran quienes somos y por que estamos aquí. Lo único que tenemos que hacer es despertar esa capacidad que esta en todos nosotros, ahí en ese pequeño espacio al que ahora mismo está llegando este mensaje, ahí muy dentro de ti en lo más profundo de nosotros mismos, en el reino de la conciencia que es donde se encuentra la mejor esperanza que tenemos de sobrevivir.
René Méndez.
Extraido y adaptado del Libro:
"La Montaña de la Vida"
Autor: René Méndez
Editorial: SISTA
[1] Siglas
de National Aeronautics and Space Administration. Organización del Gobierno
de los Estados Unidos fundada en el año 1958. Las funciones de esta
organización eran las de planificar, dirigir y manejar todas las
actividades aeronáuticas y espaciales de Estados Unidos para cualquier
ámbito no militar aunque en épocas recientes también se encuentra
coordinando esfuerzos internacionales para la investigación espacial como
la estación espacial internacional.
[2] Proyecto para la búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (Search for Extraterrestial Inteligence ) iniciado por la NASA en 1992. El objetivo del proyecto es examinar las emisiones radioeléctricas procedentes de 1.000 estrellas cercanas que se asemejan al Sol
[3] Término latino y nombre común empleados para designar a cualquier miembro de la especie y por extensión a la especie entera de la cual desciende el ser humano “homo sapiens sapiens“